Santiago Jose Sanchez VCalendario Mariano, Festiviades Marianas de Enero3 days ago7 Views

En un pequeño rincón de la región de Borgoña, al noreste de Francia, entre colinas silenciosas y la calma del río Sena, una semilla de amor mariano germinó en el corazón de un niño. Su nombre era Bernardo, y aunque nadie lo sabía entonces, llegaría a ser san Bernardo de Claraval, doctor de la Iglesia y gran reformador del Císter. Su vínculo profundo con la Virgen María comenzó en Châtillon-sur-Seine, donde la historia, la fe y el misterio se entrelazan para dar vida a una de las advocaciones más entrañables del calendario mariano: Nuestra Señora de Châtillon-sur-Seine.
Esta advocación, celebrada cada 29 de enero, es un tesoro escondido de la espiritualidad católica, íntimamente ligada al despertar espiritual de san Bernardo y a una experiencia sobrenatural que lo transformó para siempre.
Nuestra Señora de Châtillon-sur-Seine representa a la Virgen María como Madre cercana y compasiva, que interviene en la vida de los suyos con ternura maternal. No es una aparición masiva ni un dogma proclamado, sino una presencia silenciosa, poderosa y personal que se manifestó en uno de los lugares más significativos para la vida monástica de Europa. Su figura está unida a la infancia y juventud de san Bernardo, y a un momento de gracia que marcó su camino vocacional.
La devoción a Nuestra Señora de Châtillon nació en el siglo XII, cuando Bernardo, aún niño, fue enviado a estudiar a la colegiata de Saint-Vorles, en Châtillon-sur-Seine. Allí, bajo la sombra del antiguo monasterio, su alma encontró consuelo en la oración a la Virgen. Es en esta etapa temprana donde muchos historiadores ubican los primeros signos de su espiritualidad mariana.
Años más tarde, ya como monje cisterciense, san Bernardo sufrió una enfermedad grave. Mientras se preparaba para morir, la Virgen María se le apareció en su celda, acompañada por san Benito y san Lorenzo. Se acercó a él con dulzura, tocó las zonas de su cuerpo adolorido y lo sanó con un gesto maternal. Aunque su recuperación total fue progresiva, esa experiencia lo marcó profundamente y dio origen a su confianza absoluta en la intercesión de María.
La tradición recoge también el conmovedor “milagro de la leche“. Mientras san Bernardo oraba con fervor ante una estatua de María, exclamó: “Monstra te esse matrem” (“Muéstrate como Madre”). Entonces, la imagen cobrada vida y de su pecho brotó leche, que el santo recibió. Este gesto fue interpretado como un signo de su adopción espiritual por parte de María, y fue ampliamente representado en el arte religioso medieval.
Aunque no es una advocación ampliamente conocida fuera de Francia, Nuestra Señora de Châtillon conserva su lugar especial en la región de Borgoña, particularmente en la Dócesis de Langres. Cada 29 de enero, su festividad es celebrada en la parroquia de Châtillon-sur-Seine y en espacios de espiritualidad mariana.
La iglesia de Saint-Vorles, donde san Bernardo recibió su formación y tuvo sus primeras experiencias místicas, sigue siendo un lugar de oración y peregrinación. Su cripta guarda memoria del paso del santo y su encuentro con María. En la región también se organizan rutas espirituales que siguen los pasos de san Bernardo, incluyendo esta localidad.

La devoción a Nuestra Señora de Châtillon también está unida al antiguo monasterio de Notre-Dame de Châtillon, fundado en el siglo XII por iniciativa de san Bernardo. Aunque los edificios religiosos fueron secularizados durante la Revolución Francesa, el conjunto monástico fue preservado y hoy alberga el Museo del País Châtillonnais, que contiene una riqueza arqueológica y religiosa, incluyendo referencias a la devoción mariana medieval.

No existe una imagen universalmente reconocida, pero en la iglesia de Saint-Vorles se venera una representación mariana románica: María sentada con el Niño en brazos, en postura frontal, con rostro sereno y vestimenta sencilla. La escultura refleja la sobriedad del arte cisterciense y la profundidad teológica de la maternidad divina.
¿Es una aparición reconocida por la Iglesia?
Sí. Aunque no se trata de una aparición pública como Lourdes, la experiencia de san Bernardo es aceptada como verdadera y significativa dentro de la tradición.
¿Se celebra en otros países?
Principalmente en Francia. Sin embargo, en países hispanohablantes su memoria es promovida por calendarios marianos y medios de espiritualidad.
¿Tiene un santuario propio?
La iglesia de Saint-Vorles cumple ese rol devocional y se considera el lugar donde ocurrió la aparición.
¿Tiene mensajes o profecías?
No hay mensajes escritos, pero su intercesión expresa el mensaje de amor maternal de María a quienes la buscan con fe.
En Maria365 queremos que cada advocación mariana brille como lo merece. ¿Conocías esta historia de amor entre María y san Bernardo? ¿Tenés alguna oración, testimonio o dato para compartir? Escribinos, sumá tu voz y ayudanos a seguir descubriendo las maravillas de la Madre de Dios en todas sus manifestaciones.



