Nuestra Señora de Damasco: El Icono que unió Oriente y Occidente en la Resiliencia de la Fe

La historia de la Iglesia se escribe no solo con grandes concilios y gestas, sino con la silenciosa fidelidad de los pueblos y la presencia maternal de María. Entre las advocaciones que tejen con mayor profundidad los hilos de la cristiandad oriental y occidental se encuentra Nuestra Señora de Damasco, un nombre que resuena con la conversión, el exilio y un apremiante llamado a la unidad ecuménica.

Celebrada cada 24 de enero , la veneración de esta advocación se remonta al año 1203, anclando su piedad en la era medieval. Su trascendencia reside en ser simultáneamente un baluarte de la supervivencia en Malta y un signo profético para la paz en Siria.  

 Damasco: El Origen de la Luz y la Conversión

El corazón de esta devoción late en Damasco, la capital de Siria. La Ciudad Vieja es reconocida como la encrucijada donde el violento perseguidor Saulo de Tarso encontró la luz de Cristo y se transformó en San Pablo, el Apóstol de los gentiles. Que la Virgen María se manifieste en este lugar, siglos después, refuerza su papel como guía hacia la conversión y la misión.  

El nombre de la advocación actúa como un puente que conecta dos crisis existenciales: la histórica diáspora de los Caballeros y los cristianos orientales, y la crisis de la fe y la división eclesial moderna.

 

Damasco

 El Icono de la Diáspora: Malta y la Resistencia Melkita

La primera gran historia de Nuestra Señora de Damasco se materializa en un valioso icono, hoy conservado en Malta, que cuenta una dramática epopeya de guerra, fe y migración.

 La Epopeya del Icono Flotante: De Damasco a La Valeta

El objeto central de veneración es un Icono bizantino del siglo XII , una obra maestra de la Escuela Bizantina que representa a la Virgen María en la majestuosa pose de la Theotokos (Madre de Dios), sosteniendo al Niño Jesús en un gesto de bendición. La imagen, realizada con témpera al huevo y pan de oro, irradia esa “belleza sobrenatural de la trascendencia” tan propia del arte iconográfico oriental.  

La tradición, venerada por los fieles, narra que ante la amenaza musulmana creciente en Damasco, el icono habría partido milagrosamente de la ciudad, flotando sobre el mar precedido por una vela encendida, hasta reposar seguro en Rodas. Allí se convirtió en un tesoro para la Orden de San Juan (Caballeros Hospitalarios). Cuando los Caballeros fueron forzados a exiliarse por la conquista otomana en 1523, llevaron consigo a esta protectora mariana a su nuevo hogar en Malta, completando así una travesía épica por mar.  

Este relato devocional no es un simple adorno, sino la narrativa fundacional de la comunidad greco-católica melkita en Malta, que se estableció junto a los Caballeros.  

 Un Santuario para los Cristianos Orientales

La presencia del Icono en Malta solidificó el culto para la comunidad de rito bizantino. En 1575, se estableció oficialmente la capilla de Santa Catalina en Birgu como la parroquia para la población griega, cambiándole el nombre a Nuestra Señora de Damasco.  

Posteriormente, en 1587, el Icono original fue trasladado a la recién construida iglesia greco-católica en la nueva capital, La Valeta, erigida a petición de Giovanni Calamia para este propósito. Hoy, esta iglesia sigue siendo el centro vital de la comunidad melkita en la isla.  

 Profundidad Teológica y Datos de Resiliencia Cultural

 La Theotokos como Teología en Color

La representación del Icono, donde la Virgen porta al Niño Jesús, no es solo artística; es una profunda declaración dogmática. La teología oriental ha interpretado la imagen de la Theotokos de Damasco como aquella que representa a la Virgen “antes, durante y después del nacimiento de Jesús” , afirmando la verdad de la Encarnación y la maternidad divina. Algunos académicos ven en esta iconografía un reflejo de la Platytera o “Virgen Sagrario,” donde el Niño aparece en el pecho de María, simbolizando el cumplimiento de la profecía de Isaías: María es el tabernáculo viviente de la presencia de Dios.  

 5 Datos Clave que Enlazan Historia y Actualidad

  1. La Ofrenda del Gran Maestre: Tras la milagrosa victoria sobre los otomanos en el Gran Sitio de Malta (1565), el Gran Maestre Jean Parisot de Valette, devoto de la advocación, dejó su espada de batalla y su sombrero como ofrendas ex-voto en la capilla de Birgu. Un tributo de un líder militar de Occidente a la protectora mariana venida de Oriente.  
  2. Un Ancla Litúrgica: Aunque el Icono original se trasladó a La Valeta, la capilla original en Birgu, hoy parte de un museo parroquial, siguió sirviendo a la comunidad griega hasta el siglo XIX. El templo en La Valeta fue destruido por los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial (1942), pero fue reconstruido y reconsagrado en 1951, reafirmando la continuidad del rito bizantino en Malta.  
  3. El Milagro del Aceite en la Modernidad: En 1982, en la Ciudad Vieja de Damasco, Mirna Nazzour experimentó fenómenos místicos que incluyeron la efusión de aceite de sus manos y de una estampa de la Virgen. Este signo, que recuerda a la unción y la reconciliación, irrumpió en una época marcada por el racionalismo que tendía a negar la posibilidad de milagros, reafirmando la presencia activa de Dios en la historia humana.  
  4. El Urgente Mensaje Ecuménico: El mensaje central asociado a las manifestaciones de Mirna Nazzour es un llamado inequívoco a la unidad de todas las Iglesias cristianas y a la misión: “anunciar a mi Hijo Emmanuel”. Esta enseñanza profética se alinea con la conciencia misionera de la Iglesia Católica moderna y advierte sobre la crisis profetizada para los últimos tiempos.  
  5. La Resistencia Pastoral en Siria: Hoy, la Iglesia melquita de Nuestra Señora de Damasco en el barrio de Qassa, Siria, es un centro activo de fe. El Padre Elías Zahlawi, sacerdote de este templo, ha lamentado la “fragmentación de las iglesias” en tiempos de crisis, pero mantiene la confianza en la “permanencia y en [la] coexistencia con los musulmanes para construir una nueva sociedad”. Su identidad como “sacerdote árabe” subraya la vocación milenaria de la Iglesia de Oriente a ser un testimonio de fe dentro de la cultura local.  
  6.  
  7. Nuestra Señora de Soufanieh - Wikipedia, la enciclopedia libre

 Un Llamado a la Fe en la Incertidumbre

Nuestra Señora de Damasco es mucho más que una advocación; es una lección de historia de la Iglesia y un modelo de resiliencia. Nos enseña que la fe verdadera sobrevive al exilio, a la guerra y a la división. Ya sea custodiando un icono ancestral en el Mediterráneo occidental o infundiendo un mensaje de unidad en el corazón de Oriente Medio, la Madre de Dios nos llama a permanecer firmes en la esperanza y a vivir el mensaje de su Hijo.  

Su celebración el 24 de enero es un recordatorio anual de que debemos seguir su ejemplo de fidelidad, especialmente cuando el mundo y la Iglesia enfrentan la incertidumbre.

Fuentes Consultadas

Este artículo se ha elaborado con base en documentos de la tradición católica, estudios iconográficos, crónicas históricas de la Orden de Malta y reportes de la actualidad pastoral en Damasco.

¡Tu voz es importante para Maria365!

¿Conocías la doble historia de Nuestra Señora de Damasco? ¿Qué significado tiene para ti este llamado a la unidad ecuménica? Te invitamos a compartir tu opinión y a enriquecer nuestro contenido. Si conoces otra advocación que te gustaría ver destacada en nuestro calendario, o si tienes alguna sugerencia sobre este artículo, ¡escríbenos! Queremos celebrar a María en toda su extensión con tu ayuda.

Leave a reply

Comentarios recientes
    Join Us
    • Facebook38.5K
    • X Network32.1K
    • Behance56.2K
    • Instagram18.9K

    Stay Informed With the Latest & Most Important News

    I consent to receive newsletter via email. For further information, please review our Privacy Policy

    Categories
    Loading Next Post...
    Sidebar Search Trending
    Loading

    Signing-in 3 seconds...

    Signing-up 3 seconds...