Santiago Jose Sanchez VCalendario Mariano, Festiviades Marianas de Febrero1 week ago7 Views

En lo alto de la montaña de Montserrat, donde los cantos gregorianos resuenan entre riscos y neblinas, un milagro devolvió la voz a un peregrino que no podía hablar. Fue el año 1514. Un hombre sordo-mudo se arrodilló ante una imagen de la Virgen y suplicó con el corazón lo que su boca no podía pronunciar. Al instante, su lengua se soltó. Y con ese primer “gracias” nacido del alma, comenzó la historia de Nuestra Señora de la Palabra.
Así nació una de las advocaciones marianas menos difundidas, pero profundamente significativa: la Virgen que da voz al silencio, que ofrece la Palabra al que busca al Verbo. Su origen humilde y prodigioso la vincula directamente con el Santuario de Montserrat en Cataluña, donde se conservan rastros documentales de esta devoción desde el siglo XVI.
María es, por excelencia, Madre del Verbo Encarnado. Esta advocación remite a uno de los misterios centrales de la fe católica: la Encarnación del Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo y el sí libre de la Virgen. En su “Hágase en mí según tu Palabra”, María encarna la obediencia radical y amorosa a la voluntad divina.
Pero esta advocación no sólo mira al misterio teológico, sino que se acerca a la necesidad humana más sencilla: la de poder hablar con Dios. Nuestra Señora de la Palabra es símbolo de intercesión, de mediación, de escucha. Es la Virgen que toma nuestras súplicas, incluso aquellas que no podemos expresar, y las transforma en plegarias comprensibles ante su Hijo.

Fue en 1514, según recogen fuentes del calendario mariano y archivos devocionales, cuando se registró el hecho fundacional: un joven peregrino, sordo y mudo de nacimiento, llegó al entorno del Santuario de Montserrat. Rezó en silencio ante una imagen de la Virgen —que algunos relacionan con una capilla secundaria del complejo monástico— y obtuvo el don del habla de forma inmediata. Aquella curación fue atribuida a la intervención de María.
A partir de ese hecho comenzó a circular el título de “Nuestra Señora de la Palabra”, nombre que expresa tanto la recuperación física del lenguaje como la presencia viva de la Palabra divina hecha carne en el seno de María.
Aunque no se erigió un templo exclusivo, esta advocación quedó recogida en registros devocionales eclesiales y sigue figurando en calendarios marianos como el correspondiente al 14 de enero.
En la actualidad, la devoción a Nuestra Señora de la Palabra tiene expresiones concretas, especialmente en España. En Madrid, la parroquia “Santa María del Camino y Nuestra Señora de la Palabra” integra su nombre a la vida cotidiana de una comunidad urbana viva. Allí, la advocación inspira actividades de formación, catequesis, y liturgia, particularmente en torno a la escucha de la Palabra y la vocación personal.
En enero, y también en tiempos litúrgicos como el Adviento o la Pascua, se organizan vigilias y encuentros centrados en el “silencio que escucha” y la oración mariana como apertura a la Palabra de Dios. Aunque su celebración del 14 de enero no está extendida de forma universal, se recuerda en algunos círculos litúrgicos, especialmente por comunidades marianas y asociaciones bíblicas.

No existe una imagen universalmente reconocida, pero las representaciones que se han difundido suelen mostrar a María con el Niño Jesús en brazos, ambos mirando un libro abierto: símbolo de la Sagrada Escritura. A veces, la Virgen sostiene ella misma el libro, o señala con una mano el corazón, evocando su interioridad orante.
Estas representaciones destacan por su sobriedad: ropajes claros, expresión serena, ojos que escuchan más que observan. El arte sacro vinculado a esta advocación opta por un estilo contemplativo, que invita al recogimiento y a la oración silenciosa.
Su nombre está ligado a un milagro con palabras: El don de hablar fue concedido a quien nunca había pronunciado sonido alguno.
Se la considera una advocación “bíblica”: Porque remite directamente al misterio del Verbo Encarnado.
Tiene resonancias litúrgicas: Algunos teólogos la vinculan espiritualmente con el IV Domingo de Adviento, cuando se proclama el “Hágase en mí” de María.
Está presente en la vida parroquial contemporánea: En 2022 fue eje de un programa de pastoral vocacional en Madrid.
Evoca la figura de María en Pentecostés: Cuando la Virgen acompaña a la Iglesia naciente en la proclamación de la Palabra.
Conecta con otras advocaciones marianas: Como Nuestra Señora del Verbo Encarnado o María Madre de la Iglesia, todas con acento teológico y espiritual.
¿Es una aparición aprobada por la Iglesia?
No. No se trata de una aparición, sino de una advocación surgida de un hecho milagroso documentado en un contexto mariano tradicional.
¿Dónde se venera actualmente?
Principalmente en España: en el entorno de Montserrat y en parroquias como la de Moratalaz (Madrid).
¿Cuál es su fiesta?
El 14 de enero, fecha incluida en diversos calendarios marianos.
¿Tiene reconocimiento eclesial?
Sí. Aunque no universal, ha sido integrada en la vida litúrgica y pastoral de comunidades parroquiales y calendarios devocionales.
Calendario mariano tradicional: Fiesta del 14 de enero
Archivos históricos y registros del Santuario de Montserrat
Parroquia Santa María del Camino y Nuestra Señora de la Palabra, Madrid
Documentación pastoral 2022 de la Archidiócesis de Madrid
Materiales provistos por Maria365
¿Conocías esta advocación de María? ¿Qué te sugiere su mensaje de fe silenciosa y obediente? En Maria365 queremos seguir construyendo un calendario mariano que celebre todas las formas de amar a la Madre de Dios. Si tenés testimonios, sugerencias o datos sobre Nuestra Señora de la Palabra, escribinos. Cada voz suma. Y cada historia compartida nos acerca más a la Palabra viva que María nos enseña a escuchar.



