Santiago Jose Sanchez VFestiviades Marianas de Enero, Calendario Mariano5 days ago6 Views

Un Pacto de Amor Virginal: El Umbral Silencioso de la Redención
En el vasto calendario de la Iglesia, hay celebraciones que, a pesar de su discreción en el relato bíblico, son fundamentales para la fe. Entre ellas, se encuentra la conmemoración de las Vísperas de los Desposorios de María Santísima con San José, tradicionalmente celebrada el 22 de enero, preámbulo de la fiesta principal del día 23. Este evento, lejos de ser un simple trámite biográfico, fue la voluntad providencial de Dios, un pacto de amor virginal que sentó las bases humanas y legales para la Encarnación del Verbo.
Contemplar los Desposorios es adentrarse en la santidad de la Sagrada Familia, reconociendo en José al “varón justo” y Custodio predestinado, sin cuya alianza la obra de la Redención no habría podido desarrollarse tal como fue diseñada por el Cielo. Es una advocación que irradia pureza, protección y el profundo mensaje teológico de una alianza única.

Aunque los Evangelios se limitan a confirmar que María era la esposa de José al momento de la Anunciación, la tradición y el Magisterio de la Iglesia han defendido que contrajeron un matrimonio real y verdadero , con la particularidad de haber sido concebido y mantenido en la virginidad mutua. Este matrimonio virginal es el núcleo de la fiesta.
La necesidad de esta unión no fue casual, sino una estrategia divina para la salvación. Los Padres de la Iglesia, como San Jerónimo, señalaron dos razones de conveniencia para el matrimonio :
La visión teológica más profunda de los Desposorios la aportó San Ireneo de Lyon (siglo II), cuya doctrina ha sido revitalizada por el Magisterio moderno. Ireneo situó el matrimonio virginal como un elemento fundamental en la economía de la salvación, especialmente en su teoría de la Recapitulación.
Según esta visión, la alianza con José, el “praedestinatus vir” (varón predestinado) , era crucial para que la obediencia de María pudiera tener consecuencias soteriológicas universales. Ireneo sostiene que la Virgen María, como esposa virginal de José, desató con su obediencia “el nudo normal del matrimonio, vehículo del delito y de la muerte,” atado por Eva. Sin este vínculo matrimonial, la obediencia de María no habría tenido eficacia retroactiva sobre el género humano.
Más recientemente, San Juan Pablo II, en su exhortación apostólica Redemptoris Custos, definió el matrimonio de María y José como el “amor esponsal de la pureza”. Este amor recíproco y casto permitió que se realizara el “gran misterio” de la Encarnación en un contexto de plena libertad y servicio, renovando la primigenia comunión esponsal antes del pecado.

La ausencia de detalles sobre la elección de José en los Evangelios canónicos fue suplida por la rica tradición, particularmente el Protoevangelio de Santiago, que dio origen a la iconografía más perdurable de esta advocación.
El arte siempre ha representado el momento en que José es elegido entre varios pretendientes para desposar a María. La tradición narra que, ante la asamblea de candidatos, la señal divina fue inequívoca: al entregar José su vara, esta floreció milagrosamente, o en otras versiones, una paloma salió de ella.
Este evento sobrenatural es el centro de la iconografía de los Desposorios. San José es representado invariablemente con una vara florecida, a menudo adornada con lirios, en señal de la pureza de su alianza. Como contraste dramático, la pintura frecuentemente muestra a los candidatos no elegidos rompiendo o pisando sus propias varas , un detalle visual que subraya que la elección de José fue por voluntad directa de Dios y no por mérito o casualidad humana.
El fervor por esta advocación se plasmó en el Renacimiento italiano, generando dos de las pinturas más célebres de la historia del arte:
La devoción a los Desposorios se expandió desde el siglo XVI, especialmente en la Iglesia Latina, gracias a órdenes religiosas como las Monjas de la Anunciación y su reconocimiento por el Papa León X en 1517.
Aunque la fecha clásica de celebración litúrgica es el 23 de enero , en el mundo de habla hispana se ha extendido históricamente la tradición de celebrar esta festividad el 26 de noviembre. Esta adaptación local sugiere un esfuerzo pastoral para darle a la fiesta un espacio propio en el calendario, ubicándola justo antes del Adviento para evitar la saturación de solemnidades navideñas.
Este misterio encontró un terreno fértil en Hispanoamérica desde la época colonial. El arraigo de la figura de San José como esposo protector se evidencia en la existencia documentada de cofradías y hermandades dedicadas a su devoción, como las registradas en la Iglesia de Santo Domingo de Santiago de Guatemala desde 1632 o en el Convento de las Mercedarias de Lima, Perú, desde 1776.
El corazón de la peregrinación y el fervor devocional de esta advocación se encuentra en Italia, donde se custodia el Santo Anillo (Sant’Anello), que según la tradición, fue el anillo de matrimonio de la Virgen María.
Esta reliquia de inmenso valor llegó a Perugia el 29 de julio de 1473, suscitando un fervor inmediato. El Sacro Anello es custodiado en un cofre inviolable dentro de la Catedral de San Lorenzo. La veneración de este tesoro sigue siendo un evento de gran significado: la reliquia es visible para los fieles y peregrinos solamente dos veces al año. Este punto focal ha sostenido la devoción en la región de forma ininterrumpida.

La piedad hacia los Desposorios no cesa, sino que se revitaliza constantemente. La intercesión de San José como esposo y custodio sigue siendo un refugio poderoso para la Iglesia.
La devoción popular anima a los fieles con la frase “Id a José” (Ite ad Joseph), confiando en su “especial providencia” para las necesidades de la vida. Pastoralmente, el matrimonio de María y José se presenta como el modelo de la pureza y la estabilidad.
Como un eco de esta fe en la providencia del Custodio, el Papa Pablo VI afirmaba que la Sagrada Familia es la “escalera que nos conduce hacia el paraíso” con solo tres peldaños: “Jesús, María y José”.
La figura de San José, y por extensión el acto fundacional de sus Desposorios, recibió un impulso sin precedentes con la convocatoria del Año de San José (2020-2021) por parte del Papa Francisco. Este periodo renovó la reflexión sobre José como Custodio del Redentor y Patrono de la Iglesia universal, invitando a los fieles a invocar su patrocinio como “aliento en su renovado empeño de evangelización”.
La actualidad de la devoción se reflejó en eventos específicos recientes. En enero de 2021, diversas comunidades de fieles dedicaron momentos de oración reparadora a los Desposorios de la Virgen y San José, demostrando que esta alianza sigue siendo un punto de referencia para la intercesión y la vida espiritual de la Iglesia.
¿Sabías que…? 6 Datos Curiosos sobre los Desposorios
Fuentes Consultadas
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El misterio de los Desposorios de María y José nos invita a vivir nuestra propia vocación, sea en el matrimonio o en la vida consagrada, con la misma pureza y servicio. ¿Qué te ha inspirado más de la figura de San José como Custodio de la Virgen? ¿Conoces algún testimonio o anécdota de intercesión de la Sagrada Familia que quieras compartir con la comunidad de Maria365?
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